19.11.10

Made in Human

La pena la ahogaba, la quemaba, la asfixiaba. La paralizaba.
Quería llorar pero no le salían las lágrimas. Quería golpear algo y romperse la mano si hiciera falta. Ver sangre, o verlo todo rojo hasta no distinguir nada más allá de unos pocos pasos.
Pero que se fuera. Que la dejara en paz de una vez. Que se largara esa pena, aderezada con rabia salada y miedo ácido, que no le dejaba respirar.

Quiso gritar y no le salió ningún sonido de la boca. Y eso fue lo peor de todo. Se quedó allí, con la boca abierta, con los ojos abiertos de par en par totalmente secos, un nudo en la garganta, y temblando de pies a cabeza. Parecía una estatua griega, la representación de la tragedia, parecía algo… grotesco.

Más rabia que persona.

Más tristeza que ser humano.

¡Oh, cómo dolía!



Hey Lilly, llórame por un día que no llegará.

Prométeme que no olvidarás.

Lilly, la Reina de Corazones.
¡Felicidades, Z!

4 comentarios:

  1. Debe de ser horrible quedarse así, sin avanzar ni ser capaz de soltar toda la pena. Lilly me da muchísima curiosidad, en serio, tengo muchas ganas de saber más de ella.

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  2. Me gusta especialmente la parte centrada. Aunque todo el texto da algo de angustia.

    Yo también quiero saber de Lilly

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  3. Boh, el título es genial. Y la descripción de los sentimientos de Lilly, también.
    (Buf, qué impotencia)

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  4. "Hey Lilly, llórame por un día que no llegará".
    Dios, es que esta frase se guarda tanto dentro que me ha encandilado. Por triste, sí. Pero es que has descrito la angustia con tanta precisión que...
    Épico, y punto.

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