23.2.11

Las noches sin sueño, las chicas sin dueño... O Bremen.

Bremen rebuscó en el bolsillo derecho de sus vaqueros, y con expresión triunfante y alegre (demasiado raro en ella tanta alegría y despreocupación juntos), le extendió algo con el puño cerrado y una enorme sonrisa en la cara, enseñando todos los dientes.

-Toma, para ti.

Rembrandt observó la mano con un único anillo y las uñas pintados de verde radiactivo con cierta (gran, más bien) desconfianza, como si dentro de aquella mano estuvieran todos las plagas del mundo y se fueran a desatar en cualquier momento.

Hmmmm.

-¿Qué es?

La alegría de Bremen, a prueba de bombas y de niñatos de tres al cuarto irritantes y desconfiados, ni se inmutó, y sonrió más ampliamente que antes si cabe, indulgente y magnánima.

Raro, muy raro. No. Demasiado raro.

-No lo sé. Lo primero que he encontrado en el bolsillo. Es un preregalo, y cuando te dignes a cogerlo y abrirlo será un regalo, idiota.

Idiota. Sí, claro.

Al final, después de unos cuantos minutos, alargó la mano y lo cogió, aún dudando y esperando ver una araña muerta deslizándose a cámara lenta de su mano a la suya, conteniendo el aliento.

-Es una bolsita de azúcar.- dijo con los ojos abiertos de par en par.

Bremen pareció tan sorprendida como él.

-¿Sí? Pues has tenido suerte, en el otro bolsillo tengo un pañuelo usado.


(La bolsita de azúcar,

que más tarde descubrieron que

tenía una cita detrás, decía:

“La vida no se vive por las veces

que respiras, sino por los

momentos que dejan sin aliento.”

Continúa guardada en la mesita de noche

de la habitación de Rembrandt.)

2 comentarios:

  1. Esa frase (de la bolsita de azúcar) siempre me ha gustado :) Pero no tanto como me gusta Rembrandt con su Hmmmm. Yo también habría sospechado... un poquito, por lo menos.

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  2. Pues a mí me gustan sus uñas de verde radiactivo. Y me hubiera creído que esa mano con esas uñas guarda todas las plagas del mundo habidas y por haber.
    (Pero ya se sabe. La curiosidad siempre fue más fuerte. Y descubrió cosas como una bolsita de azúcar con una cita bastante peculiar y bonita.)

    (Y cierta.)

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