6.3.11

Me cabreas, Mundo. Me revientas.


Vamos, Bremen, no me mientas, aunque te encante hacerlo, aunque lo hagas casi sin pensarlo. Pongamos las cartas sobre la mesa de una maldita vez. Te he pillado, chavalina, te he trincado. Y no, no hace falta que lo niegues, ni que te hagas la ofendida. Nada de trucos, ni dramas, ni metáforas grandilocuentes.

Porque lo he visto, lo que hay debajo, quiero decir.

Como cierras los ojos y aprietas los puños de rabia, hasta dejarte las marcas de las uñas en la palma de la mano. Cómo sonríes con la boca torcida y no enseñas los dientes. O cuando te muerdes la lengua para no gritar lo que te quema en la garganta… Incluso cuando mueves los pies deseando ponerte a bailar sobre nuestras tumbas.

Las mentiras te pasan factura y esa maldita máscara que llevas está empezando a pesarte demasiado, toneladas de vacíos que no sabes qué hacer con ellos. Y a resquebrajarse, rasguño tras rasguño. Joder, Bremen, por mucho que te hayas inventado a ti misma, estás más perdida que un hijo de puta en el día del padre.

Deberías sacar la pistola y ponerte a pegar tiros a diestro y siniestro.

Deberías atizarle al mundo, Brem, darle un mazazo tremendo.

Yo seguramente te estaré esperando

para sacarte una carcajada con uno de mis chistes,

aunque después me des un puñetazo.

2 comentarios:

  1. Meencanta,meencanta,meencanta.

    Nomás.

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  2. Dame por enamorada (de Bremen).
    Y si le quiere pegar una paliza al mundo, que no se preocupe. "¡Yo le sujeto y tú le das!" xD

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