A Inverness le gustaba sembrar vientos
por si tenía suerte y cosechaba tempestades. Y si fuera un poco más valiente, solo un poco, sería una leona.
Hamelín creía no solo que la música amansa a las fieras, sino que
también creía que Inverness no se burlaba de su nombre en su cara, sin tener
siquiera la desvergüenza de esperar a que él no estuviera delante.
Digamos que Hamelín
no acertó en ninguna de las dos creencias, y que Inverness le llevaba dos
batallas vencidas al cielo, y más de un rugido lanzado desde un risco.
Já!
La moral mas corta que una minifalda... me gusta :)
ResponderEliminarMe gusta Inverness, ojalá fuera tan valiente como ella, casi como una leona (no estaria mal, para variar). Y también me gusta Hamelín, ¿toca la flauta?
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